CONDUCCIÓN AUTÓNOMA: EL GRAN RETO
La capacidad de un vehículo para desplazarse y tomar decisiones de forma autónoma, con la ayuda de sensores, radares, cámaras y un software específico adecuado, se denomina conducción autónoma y representa uno, si no el mayor, de los retos del transporte en un futuro próximo. En la práctica, el vehículo ya no necesitará conductor y podrá controlar de forma autónoma: velocidad, aceleración y frenado, y dirección de la marcha. La combinación de distintas tecnologías permitirá estudiar el entorno circundante para detectar obstáculos, señales de tráfico y otros vehículos. En varios países, entre ellos Italia, se están intentando distintos tipos de conducción autónoma, desde el nivel 1 de conducción asistida, que podría incluir funciones de control de velocidad y frenado automático de emergencia, hasta el nivel 5, que permitiría al vehículo gestionar completamente la conducción, sin intervención del conductor. Una vez resueltas las cuestiones legislativas y de seguridad, la conducción autónoma promete revolucionar el concepto de movilidad.